Son muchas las estrellas que han caído en las drogas y el
alcoholismo y algunas, como Amy Winehouse y Whitney Houston, han pagado
con su vida.
Gérard Depardieu presume de beberse 14 botellas de alcohol al día y Michael Phelps,
el deportista olímpico más laureado, se perderá los mundiales de
natación por conducir bajo los efectos etílicos. Son los dos últimos
ejemplos de una larga lista de famosos que digieren su éxito con
alcohol.
En los últimos años muchas estrellas del cine, la televisión, la
música, la moda y los deportes han visto cómo la fama les ha llevado por
el camino de los excesos. Algunos empezaron creyendo ser los reyes de
las fiestas, pero muchos terminaron adictos a las drogas y el alcohol.
La mayoría de los que cayeron en esos excesos han llevado sus carreras
casi hasta la perdición.
Uno de los casos más impactantes fue el de la cantanteWhitney
Houston, que fue encontrada muerta en su bañera, en 2012, por una
sobredosis de una sustancia narcótica mezclada con fármacos y alcohol.
Un año antes murió en circunstancias similares la cantante británica Amy
Winehouse.
Algunos como Drew Barrymore, Matthew Perry o Robert Downey Jr. han
logrado superar sus adicciones, pero otros tantos, como Philip Seymour
Hoffman o Cory Monteith no han tenido la misma suerte y han fallecido.
Pero lo cierto es que, a pesar de esas muertes fatídicas, muchas
estrellas no han aprendido la lección. Bien dicen que nadie aprende en
cabeza ajena. Incluso hay algunos que parecen estar orgullosos de la
vida que llevan.
El actor francés Gérard Depardieu, célebre por una prolífica carrera
cinematográfica lleva una vida salpicada de excesos. Recientemente
aseguró, en una entrevista a la publicación “So Film”, que bebe cuando
se aburre y que puede llegar a consumir hasta 14 botellas de alcohol en
un día.
Confesó tomar champán, vino tinto, anís francés, cerveza, vodka y
whisky. Se han hecho populares sus escenas ebrio en aeropuertos o
accidentes de tráfico, con más alcohol en sangre que el límite permitido
para circular.
Otros reciben castigos por su mala conducta. Tal es el caso
de Michael Phelps, el deportista olímpico más laureado de la historia,
que no participará en el Mundial de Natación de 2015 tras ser arrestado
cuando conducía ebrio.
La Federación de Natación de Estados Unidos afirmó en un comunicado
que el deportista violó su código de conducta, que establece sanciones
en caso de “daño a la imagen o la reputación”.
Los días en rehabilitación y sus problemas con la ley convirtieron
a Lindsay Lohan en tema cotidiano para la prensa mundial. Sus constantes
entradas y salidas de clínicas de desintoxicación llevaron a la otrora
estrella juvenil de Disney a ser considerada una de las actrices más
conflictivas del séptimo arte.
El año pasado Lohan decidió hablar públicamente y sin filtro de sus
adicciones con la periodista Oprah Winfrey. “Soy mi peor enemiga, lo sé y
lo admito”, aseguró la actriz.
Admitió que sus problemas con la bebida fueron “la puerta de entrada” para el consumo de cocaína.
Mientras, la también actriz Amanda Bynes ha mezclado drogas y
alcohol con desórdenes alimenticios. Todo esto comentándolo a través de
su cuenta de Twitter.
Ha atacado a otros artistas, criticado a la policía y se ha mostrado
semidesnuda a través de su cuenta en la red social. Sus excesos han
llevado a las autoridades a ponerla bajo supervisión psiquiátrica.
El hombre más polémico de los últimos años es, sin duda,Charlie
Sheen. El actor fue despedido en 2010 de la serie”Two and a Half
Men” por su afición a las fiestas y su conducta errática.
En la serie, el actor interpretaba a un mujeriego con problemas de
alcoholismo, y en la vida real ha estado envuelto en líos de faldas,
alcohol y drogas. Ahora ha iniciado un programa de desintoxicación para
dejar de beber y se encuentra centrado en su nueva serie ”Anger
Management”, afirma Terra.com.

