Ciudad de México.- Los últimos días de vida de Karla Álvarez
fueron los más críticos de su existencia, ya que vivía en una profunda
depresión que aunada al cáncer de seno que padecía la hicieron sentirse
en soledad y desamor.
"A nadie le importo", repitió en varias ocasiones durante sus últimas
semanas de vida a algunos de sus conocidos, a los que se apegó en busca
de una compañía.
Quienes se convirtieron en el paño de lágrimas de la fallecida actriz
refieren que en las últimas semanas las llamadas telefónicas durante la
madrugada se hicieron cada vez más frecuentes y largas.
Los temas regularmente fueron los mismos: la lucha contra la enfermedad
que se albergaba en su pecho, sus planes de trabajo y una marcada
insistencia de sensación de abandono. "Nadie me quiere, estoy sola",
repetía constantemente, palabras que en la mayoría de los casos eran
acompañadas del llanto.
Nadie imaginaba que el final estaba a punto de llegar. Algunos de los
testigos del sufrimiento de Karla relatan que tuvieron intención de
ayudarla a salir de la terrible crisis emocional en las que se
encontraba, pero la misión resultaba complicada ante el difícil carácter
que la hacía cambiar de actitud en horas.
Según sus amigos, Álvarez de pronto podía ser la mujer más amigable y
pocas horas después se tornaba prepotente y cortante, si es que llegaba a
aceptar el contacto con quien momentos antes compartía sus emociones,
anécdotas y algunos secretos.
La relación que Álvarez tuvo con los medios de comunicación en los
últimos años se tornó complicada, pues durante años desmintió el rumor
de padecer trastornos alimenticios, después tuvo que hacer frente a los
rumores sobre su alcoholismo y finalmente fue víctima de sí misma al
confesar a BASTA! que padecía cáncer, palabras que desmintió 24 horas
después de su reveladora declaración y que la hizo declarar a sus más
cercanos que se encontraba cansada de la prensa.
De hecho, a más de una persona le reveló sus intenciones de proceder
legalmente contra una revista que, según sus palabras, la hacía sentirse
acosada mientras sus interlocutores trataban de aligerar la tensión que
le provocaban las publicaciones.
La última aparición pública de Álvarez tuvo lugar el miércoles pasado,
casi 48 horas antes de su fallecimiento, cuándo visitó las instalaciones
de Televisa San Ángel para realizar sus cobros mensuales.
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