El filipino Manny Pacquiao recuperó su corona
del peso welter, versión Organización Mundial de Boxeo (OMB), al vencer
por decisión unánime al hasta ahora campeón, el estadounidense Timothy
Bradley, que sufrió su primera derrota como profesional.
Pacquiao no sólo se vengó de la polémica derrota a los
puntos que sufrió ante Bradley en el 2012 sino que también recuperó su
mejor prestigio e imagen de auténtico campeón después de concluir la
pelea pactada a 12 asaltos y presenciada por 15.601 aficionados.
Recupera la corona que perdió dos años atrás en el mismo cuadrilátero
Pacquiao tuvo que esperar dos años para que le diesen la victoria que le quitaron también por decisión hace dos años y en el mismo escenario de Las Vegas. ""Me siento muy feliz esta noche porque la victoria es de todos vosotros, los aficionados", declaró Pacquiao ante unos enfervorizados aficionados, que siempre le dieron su apoyo durante toda la pelea.
Pacquiao sólo tuvo problemas con dos buenas derechas que le colocó Bradley al principio y mitad de la pelea, pero el resto del camino fue siempre de completó dominio del púgil filipino, que mostró una gran preparación física, gran concentración y siguió a la perfección las indicaciones que desde la esquina le trasmitió su fiel preparador Freddie Roach.
La estrategia era simple, la de siempre, la que le hizo ser el mejor del mundo, no parar de meter sus manos con rapidez y salir fuera, con la agilidad de sus piernas, sin entrar nunca en la guardia ni al alcance de los golpes de Bradley. "Ha sido un rival muy difícil y ambos hicimos un buen combate", destacó Pacquiao, que tiene marca de 56-5, con 38 nócauts. "No ha sido fácil porque me golpeó en el mentón con dureza, pero esta vez si seguí las instrucciones de mi esquina".
Pacquiao, de 35 años, había prometido que volvería con la agresividad de siempre, algo que parecía le había desaparecido en los anteriores combates, y cumplió con lo que había dicho a los periodistas.
El propio Bradley, que vio como acabó su invicto de profesional tras haber disputado 33 peleas (31-1-1, 12 nócauts), reconoció el gran y merecido triunfo conseguido por Pacquiao, al que definió como un gran campeón, y rechazó poner cualquier tipo de excusa. Bradley, de 30 años, que comenzó bien la pelea, confirmó que no está todavía al nivel de los más grandes, como lo es Pacquiao, que tuvo que sufrir la "injusticia" de estar sin un título por dos años después que también ganó claramente la primera pelea ante el púgil estadounidense.