por Joseph Cáceres
Como dice un refrán, “aquellos vientos, trajeron estos polvos”. Ello a
propósito de que la presentadora de televisión sharmín Díaz confirmó su
rompimiento con Aneudy Ortiz, alcalde de San José de Ocoa.
Sharmín advirtió que la relación de ambos provocó mucho “ruído” en el ambiente lo cual afectaba la imagen de ambos.
Debido a ello, decidieron dar por
terminado su noviazgo, el cual como recordarán fue motivo de un “lío de
faldas”, con la esposa del síndico, y una serie de fotografías que
fueron subidas a las redes sociales.
Se determinó que Sharmin y la
esposa del síndico desarrollaron una especie de “guerra
cibernética” tratando cada una de prevalecer como “la dura”, subiendo
por cuenta propia fotografías “de cuchi cuchi” con el síndico, el cual
si bien es cierto se regodeaba al aparecer como un “papi chulo” y un
“mamito”, no menos es que con ello estaba causando un gran daño a su
figura como funcionario público.
La vida privada de los funcionarios
públicos siempre pesa mucho. Solo hay que ver que ahora un grupo de ex
combatientes revolucionarios quieren descalificar al coronel Francisco
Caamaño, diciendo de él que era mujeriego.
Lo que se aduce es que el
síndico se dio cuenta de que estaba en medio de la vorágine chismosa de
dos mujeres, y decidió cortar la soga por el lado más “resbaloso” que
era el de Sharmin.
Algunos dicen que ha debido ser una
decisión difícil, romper con la “mamasilla” de Sharmín para evitar el
escarceo de los chismes…