POR Karla Hernández
"¿Cuándo fue la última vez que te hiciste la
mamografía?", le pregunto. "Bueno, la verdad solo me he hecho tres, la
última fue hace casi dos años", responde. Me alarmo. Ella tiene 48 años,
por lo que según recomendaciones médicas, quienes dicen que este
estudio debe realizarse cada año después de los 35, esta debe ser su
décimo tercera mamografía.
Y está tarde. "Sí, lo sé. Pero es que no he tenido tiempo
y además, no he notado nada extraño", se justifica. ¿Este es también tu
caso? Entonces te invitamos a conocer detalles sobre una enfermedad en
la que cada minuto cuenta.
Datos de la Organización Mundial de la Salud [OMS], afirman que el cáncer de mama es el cáncer más común entre las mujeres y que la mayoría de las defunciones se registran en los países en vías de desarrollo, donde la mayoría de los casos se diagnostican en fases avanzadas.
"Por esto la importancia de las pruebas anuales y el autoexamen mensual", dice el doctor Juan Félix, ginecólogo especializado en patología mamaria. "Cuando se diagnostica un cáncer de mamas en estadíos iniciales, la cirugía es curativa; mientras, en estadíos avanzados se habla de mastectomía, quimio y radioterapia. Son dos escenarios totalmente diferentes".
Las pruebas a las que se refiere el galeno son la mamografía, en pacientes que superan los 35 años, la ecografía, en féminas de entre 25 y 35 años con antecedentes familiares de cáncer [madre o hermana], y el autoexamen, una revisión que cada mujer debe hacerse mensual. "En el autoexamen se busca cualquier anomalía. Si cuando te estás palpando sientes alguna protuberancia, por pequeña que sea acude inmediatamente a tu médico", enfatiza Juan Félix.
Estudios señalan que la principal causa de cáncer de mama es una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2. Si se tiene la predisposición, factores ambientales como mala alimentación, obesidad y falta de ejercicios, empeoran la condición.
Una vez el médico detecta algo u observa alguna alteración en la imagen, el paso a seguir es una biopsia. Ésta determina si es maligno o no. De resultar positivo en malignidad, se hace otro estudio para conocer su estadío o fase en que se encuentra, que va desde el 1 al 4; siendo este último el más avanzado.
Datos de la Organización Mundial de la Salud [OMS], afirman que el cáncer de mama es el cáncer más común entre las mujeres y que la mayoría de las defunciones se registran en los países en vías de desarrollo, donde la mayoría de los casos se diagnostican en fases avanzadas.
"Por esto la importancia de las pruebas anuales y el autoexamen mensual", dice el doctor Juan Félix, ginecólogo especializado en patología mamaria. "Cuando se diagnostica un cáncer de mamas en estadíos iniciales, la cirugía es curativa; mientras, en estadíos avanzados se habla de mastectomía, quimio y radioterapia. Son dos escenarios totalmente diferentes".
Las pruebas a las que se refiere el galeno son la mamografía, en pacientes que superan los 35 años, la ecografía, en féminas de entre 25 y 35 años con antecedentes familiares de cáncer [madre o hermana], y el autoexamen, una revisión que cada mujer debe hacerse mensual. "En el autoexamen se busca cualquier anomalía. Si cuando te estás palpando sientes alguna protuberancia, por pequeña que sea acude inmediatamente a tu médico", enfatiza Juan Félix.
Estudios señalan que la principal causa de cáncer de mama es una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2. Si se tiene la predisposición, factores ambientales como mala alimentación, obesidad y falta de ejercicios, empeoran la condición.
Una vez el médico detecta algo u observa alguna alteración en la imagen, el paso a seguir es una biopsia. Ésta determina si es maligno o no. De resultar positivo en malignidad, se hace otro estudio para conocer su estadío o fase en que se encuentra, que va desde el 1 al 4; siendo este último el más avanzado.
La principal vía de diseminación de cáncer de mama es la cadena de ganglios, por eso en cirugías radicales se extirpa la mama y los ganglios de la axila para evitar que se propague hacia el cerebro, pulmón, hígado y huesos.
"En este punto volvemos a insistir en la importancia de los chequeos regulares. Son dos panoramas diferentes: uno es la paciente que tú operas y se cura, y el otro es la que pasa por quimio, radioterapia y encima la vas a mutilar. Es un proceso largo y agresivo", concluye el médico.
"El apoyo que se le debe dar a una paciente de cáncer será esperanzador, no derrotista".
"Conocer un diagnóstico de cáncer, independientemente de la fase en que se encuentra, es siempre un impacto muy fuerte para la persona", afirma Rosa Brea Franco, Psicóloga Clínica especializada en Terapia del Dolor. La primera reacción, explica, es el shock, seguido de negación e ira. Por esto es muy importante que la persona esté acompañada de un familiar al momento de conocer el diagnóstico.
En estos casos, el apoyo que se le debe dar a una paciente de cáncer será esperanzador, no derrotista. Por igual se recomienda darle espacio a la persona para que asimile su situación y en vez de indagar sobre su dolencia, ayudar en las tareas cotidianas y escucharla.
El cáncer es también una enfermedad muy costosa y esto, por lo regular, es una fuente adicional de estrés. Las dificultades que se presenten deben ser manejadas inteligentemente por la familia.
"Otra pregunta que muchas personas me hacen es si se debe hablar con los hijos sobre el tema. Sí, ellos deben conocer todo lo que pasa de acuerdo a su edad. Deben saber y deben ser escuchados. En ocasiones, sobre todo los niños de 3 a 7 años, creen que mamá se enfermó por su culpa. Esto se le debe aclarar muy bien. El ánimo que debería reinar es de cooperación, positividad y lucha", aclara la psicóloga.
De todo, lo importante es enfrentar la situación y ver qué se puede aprender de ella. "Yo lo veo también como un proceso de transformación. Vivimos en automático y nunca pensamos que cualquier cosa puede pasarnos. Esto es una oportunidad para revisar tu vida y revalorizar ciertos aspectos en ella".
